Es un edificio de uso mixto, su carácter es una respuesta directa al programa (organización) y al confort ambiental, en el que se propone un volumen atemporal que no solo responda a condiciones pragmáticas sino que responda al contexto urbano.
AÑO: 2013-2015
SUPERFICIE: 8500 m²
FOTOGRAFÍA Sebastian Crespo
Ubicado en Cumbayá, uno de los polos de mayor crecimiento poblacional y económico de Quito, se proyecta un edificio de uso mixto compuesto por 48 oficinas de distintos tamaños, 17 locales (comerciales y restaurantes), estacionamientos subterráneos, y un núcleo central compuesto de un boulevard interior, plazas elevadas, puentes, espacios verdes y miradores en los distintos niveles del edificio.
La concepción del proyecto nace a partir del análisis de 2 premisas fundamentales, por una parte el uso (entendido como programa) y el medio ambiental (ubicación y confort).
Si un edificio de oficinas tradicional, en el que su planta típica consta de un núcleo central opaco y la utilización de vidrio en las fachadas exteriores; este proyecto rompe este paradigma al invertir completamente esta composición generando transparencia en el interior del edificio y una sensible permeabilidad en el exterior, creando zonas de transición y de encuentro entre dos puntos importantes del recorrido: la salida de la circulación vertical en las diferentes plantas y el ingreso a cada oficina.
Debido a la morfología del terreno, la vía de alta velocidad frente al edificio, y los distintos tamaños de espacios requeridos en el programa, se decide crear un gran espacio central abierto con la flexibilidad necesaria para cumplir todos los requerimientos complementarios al programa, perforando el edificio en todos sus niveles se consigue un boulevard interno desde la esquina norte hasta la esquina este de la parcela, dividiendo el gran bloque en dos edificios conectados por puentes permeables.
La materialidad del edificio complementa su concepto, todas las fachadas hacia las vías están cubiertas por una malla metálica perforada como un elemento de transición visual y sensorial entre la relación directa del tráfico vehicular y las actividades internas del edificio. Esta piel permite la entrada de luz natural de una forma sensible, la combinación del vidrio en fachada, funciona como una doble piel que tamiza la luz y el calor natural. El clima en Cumbayá permite crear plazas elevadas abiertas y la generación de un microclima interior a través de elementos como vegetación colgante en cada planta que combinado con el sistema de plazas elevadas genera un sistema de climatización pasiva y confort en todas las estancias.
El carácter del edificio es una respuesta directa al programa (organización) y al confort ambiental, en el que se propone un volumen atemporal que no solo responda a condiciones pragmáticas sino que responda al contexto urbano y que más allá de ser arquitectura, se convierta en una nueva infraestructura en un polo urbano que ha crecido precipitadamente en los últimos 10 años. La elementalidad del edificio se ve reflejada por la complejidad de los sistemas que lo componen ya que cada uno de estos tiene una función específica que le permitirá al edificio operar eficazmente a través del tiempo.