La Casa Entre Jardines es una vivienda de 280m2 ubicada en el valle de Cumbayá, a 20 minutos de Quito.
AÑO: 2023
SUPERFICIE: 280 m²
FOTOGRAFÍA Paolo Caicedo (@pcg.arq)
Casa entre jardines es un proyecto que se narra desde el proceso, no desde el resultado, y este último se lee como un conjunto de decisiones. Una lectura que se disfruta conforme se descubren las acciones y nos invita a leer entre líneas. Una obra que nace de una pureza platónica y logra concretarse de forma cabal en la materia.
Sobre un lote de 290 m2 ubicado en Cumbaya, un valle ubicado en el corazón de los Andes equinocciales, se despliega una retícula de ocho módulos compuesta de casillas claras y oscuras para permitir el movimiento y la colocación precisa de las piezas.
Cada casilla del tablero tiene una designación única, las casillas claras serán configurados como espacios a cielo abierto y las oscuras darán cabida a los espacios contenedores. Esta disposición permite a la vivienda abrirse y cerrarse a la luz, permitiendo mayor intimidad y una relación de todos los espacios de la casa con el área verde.
La retícula es un elemento esencial en este proyecto, proporciona la estructura y el espacio para que las “piezas”, espacios habitables, se muevan estratégicamente. Su condición simple y simétrica facilita la comprensión y la organización del proyecto, permitiendo a los arquitectos planificar y ejecutar sus movimientos de manera efectiva.
Un eje de circulación longitudinal divide la cuadrícula en dos. En realidad lo que hace este eje, en las dos plantas, es unir y comunicar las diferentes estancias de la vivienda y organizar en uno de sus lados las áreas públicas y del otro las privadas a través de un corredor.
La organización que brinda el eje de circulación proporciona además posibilidades funcionales ambiguas. Si bien marca la estructura espacial de la casa y los accesos a las diferentes habitaciones, se concibe el corredor como un espacio que permite diferentes usos además del paso.
2 volúmenes fueron concebidos como una estructura libre a doble altura para las áreas sociales. 2 volúmenes de dos pisos albergan el programa privado.
Los primeros se diferencian por un basamento de ladrillo semimacizado y una cubierta metálica negra que en conjunto consiguen la mínima materialidad posible. Los segundos alberga el programa más rígido de servicios y dormitorios mostrando en el exterior las misma solidez y funcionalidad. Desde el exterior la arquitectura se percibe ordenada como producto de sus lógicas interiores.
El largo desfile a través del corredor, va dejando atrás, uno tras otro los jardines como si condescendiera a un juego, o a un paseo por un palacio. Los patios convierten el recorrido en una experiencia de arquitectura fundamental. Cuatro artefactos primigenios que inundan de cielo la casa.
La configuración de los volúmenes garantiza, al menos, tres frentes de fachada libre a los espacios. Esto se traduce en los beneficios obtenidos: la relación con espacios vegetales, iluminación natural y ventilación cruzada, tácticas pragmáticas para conseguir un diseño pasivo que busque el confort lumínico y térmico.
La soluciones matemáticas y lógicas son rasgos de un pensamiento idealista, dejar el tratamiento exterior de la fachada a expensas de lo que ocurre al interior es un acto negligente que solo lo asumiría un materialista. La casa entre jardines es el incesante diálogo entre platónicos y aristotélicos jugando a hacer arquitectura.